Contaremos juntos que el amor
es el único deporte en el que hay que empatar.
Seremos tan imprudentes como el amor nos exija.
Un curso intensivo donde expliquen
el número de abrazos que caben en un coche.
La felicidad también es un lugar. Somos nosotros.
Lo importante era que en algún punto,
aunque fuera breve,
ella y yo nos encontrábamos.
Ella me está llevando vida adentro, para descubrir que uno más uno puede ser un millón de tardes nuevas.
Si fueras el tiempo
serías el instante
donde quiero quedarme a vivir.
Eres la forma más bella
de acabar un fracaso.
Sé que la quiero porque cuando me dicen que alija dos mujeres la elijo dos veces a ella.
Sé que la quiero porque cuando me dicen que alija dos mujeres la elijo dos veces a ella.
Ninguna tristeza me puede detener
desde que tengo tu risa de ventaja.
Si no me desordena la sangre pero pone en pie el resto de mi vida, si no besa como si lo fueran a prohibir no me sirve.
También he comprendido que la belleza se gasta de mirarla pero la admiración por lo bello perdura más allá de una mirada.
Que tocarte es dar de baja la tristeza
y vivir sin ti un trampolín hacia la nada.
Por eso la quiero a ella,
porque todos sus semáforos están en verde
y, eso es mucho para alguien
que ha visto pasar su vida en rojo.
No hay manera, hay que aceptarlo,
es imposible salvar a los domingos de la literatura.
Y es sólo eso, que hay amores que es mejor terminarlos antes de que acaben contigo.
No me gustan los caminos rectos si no son hasta su boca.
El mensaje de amor que nunca llega
es el que más veces se lee.
Un beso que cierre de golpe la soledad,
que se apoye sobre la herida.
Nada deja peor sabor de boca
que las cosas que nunca llegas a probar.
La miré y supe que sería inalcanzable. Le dije una sola frase: sé que mi próxima cicatriz llevará tu nombre.
Lo malo no son las sombras,
sino perder de vista la importancia de la luz.
Que la poesía es un arma cargado de futuro
y los poemas los sicarios a sueldo del amor.
Los sueños a veces no son más que un atajo de borrachos que dicen la verdad pero nunca la cumplen.
Los celos también ayudan a mantener el fuego vivo,
pero hacen que ese fuego a veces sea cruzado.
El amor es ese deporte en el que sin saber andar nos echamos a correr.
Que tu corazón pide guerra
porque tú no estás hecho para besar la paz de los cuerdos.
Que las verdades a las tres de la mañana
son, a veces, las mentiras del amanecer.
Síguelos a ellos, a los que piensan que sólo el amor
puede hacer que lo imposible se vuelva a repetir.
Y recuerda que no hay peor amor
que el que no se da por miedo a que te dañen.
Porque él, cuando tocaba a las demás, la acariciaba a ella,
porque ella, en el borde de otros labios, sólo esperaba tu saliva.
¿Cómo fuiste tan tonto de creer
que unos gramos de deseo podrían tapar
cien mil toneladas de recuerdo?
Si quisieras sentirte lleno tendrías que empezar por nadar en tus vacíos.
Que yo sé que la vida se tiene reservados
cien veranos a la vuelta de la esquina,
canciones de ruptura que no hablarán de ti,
noches que durarán un año.
Que yo sé que sólo te hace falta conocerte
y perdonarte no haberte conocido mejor
cuando te culpabas por todo.
Personas que te obligan a hacerte pequeño
para que puedas estar a su altura.