Si
ocurre algo, tiene que haber una forma de que ocurra. (32)
Cuando
un hombre da dos razones para una decisión, era probable que una tercera razón,
la real, hubiera quedado oculta. (34)
Nunca quitaré
la roca de mi camino si no logro verla tal y como es. (105)
El peor
dolor de nuestras vidas procede de los errores que nos negamos a reconocer:
cosas que hemos hecho que están tan en desarmonía con quienes somos que no
podemos contemplarlas. Nos convertimos en dos personas en la misma piel, dos
personas que no se soportan. El mentiroso y la persona que desprecia a los
mentirosos. El ladrón y la persona que desprecia a los ladrones. No hay dolor
como el dolor de la batalla, que arde bajo el nivel de conciencia. Salimos
corriendo para huir, pero corre con nosotros. Allá adonde vayamos, la batalla
nos acompaña. (110)
El
conflicto más simple es el conflicto entre la forma en que nos vemos nosotros
mismos y la forma en que nos ven los demás. Por ejemplo, si estamos discutiendo
y tú me gritas, vería la causa en tu incapacidad de controlar tu temperamento.
En cambio, si yo te grito a ti, no veré la causa en mi temperamento, sino en tu
provocación, algo en ti frente a lo cual mi grito es una respuesta adecuada.
Parece que tendemos a creer que mi situación causa mis problemas y, en cambio,
es tu personalidad la que causa los tuyos. Esto crea problemas. Mi deseo de
tenerlo todo a mi manera parece tener sentido, mientras que tu deseo de tenerlo
todo a tu manera parece infantil. Un mejor día sería uno en el que yo me sienta
bien y tú te comportes mejor. La forma en que veo las cosas es la forma en que
son. La forma en que las ves tú está sesgada por tus planes. (114)
La
mente es una masa de contradicciones y conflictos. Mentimos para conseguir que
otros confíen en nosotros. Escondemos nuestro verdadero ser en persecución de
la intimidad. Perseguimos la felicidad de formas que nos alejan de ella. Cuando
nos equivocamos, luchamos a brazo partido por demostrar que tenemos razón. (115)
Era una
cosa curiosa del pasado: cómo se apilaba esperándote, en silencio, invisible,
casi como si no estuviera allí. Podrías verte tentado a pensar que había
desaparecido, que ya no existía. Entonces, como un faisán que sale al
descubierto, rugiría en una explosión de sonido, color y movimiento,
asombrosamente vivo. (122)
Nada
en este mundo era perfecto. Siempre había pros y contras. Uno tenía que sacar
el máximo provecho de la mano que le habían repartido. Ver el vaso medio lleno.
Así era la realidad. (353)
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